El análisis de alimentos es imprescindible para garantizar la seguridad alimentaria y su calidad. Con él podemos conocer el valor nutricional y la composición química, de modo que se puede conocer si cualquier alimento es apto para el consumo humano y cuál es la calidad del mismo.
Nos permite saber qué microorganismos están presentes en el alimento. Se utiliza para estudiar las toxiinfecciones alimentarias y conocer si hay algún patógeno peligroso para la salud de las personas. Algunos de los microorganismos que se detectan con este tipo de análisis son la Salmonella, la Listeria o el E. Coli.
Con este se obtienen datos sobre la composición química del alimento y su valor nutricional: contenido de grasas, azúcares, vitaminas, proteínas, bacterias probióticas, alérgenos, toxinas…
A través de este se puede detectar la presencia de metales pesados, plaguicidas, micotoxinas o histamina, entre otros.
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