Los aditivos alimentarios se encuentran en la mayoría de productos que comemos, pero ¿sabemos qué estamos comiendo?

¿Qué son?

Un aditivo alimentario es una sustancia que se añade a algunos alimentos para mantener y mejorar sus propiedades. Se pueden obtener tanto de plantas y animales o mediante la producción sintética. En el etiquetado de ingredientes se identifican mediante la letra E y un número.

Existen 27 tipos diferentes de aditivos dependiendo de sus propiedades: antioxidantes, acidulantes, emulgentes, aromatizantes…

Un ejemplo de aditivos muy utilizados desde hace siglos son la sal y el vinagre para conservar los alimentos mediante métodos como el escabeche o la salazón. Sin embargo, el paso de los años ha traído nuevos avances y con ellos nuevas fórmulas para conservar los alimentos y mejorar su aspecto.

¿Para qué se utilizan?

Existen varias razones para la utilización de estos aditivos en los alimentos. Una de ellas es mantener su inocuidad a lo largo de más tiempo, lo que permite un mejor aprovechamiento. Esto hace que se puedan almacenar durante más tiempo y consumir ciertos alimentos durante todas las épocas del año. Además, esto hace que se puedan preservar durante todo el proceso de transporte, desde el productor hasta el consumidor. Algunos alimentos no podrían ser consumidos de no ser por los antioxidantes que impiden la proliferación de bacterias.

Otra de las razones por las que se usan es para hacer los alimentos más apetitosos a la vista. Por ejemplo, la mermelada de fresa de forma natural tiene un color más amarronado, sin embargo, le añaden un colorante para darle una tonalidad rojiza más atractiva para los consumidores. También se utilizan aditivos para mejorar su textura, aroma y sabor.

¿Son seguros?

La respuesta es sí, siempre y cuando cumplan con las especificaciones marcadas por la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).

La EFSA se encarga de determinar en qué cantidades dichas sustancias son inocuas y por tanto, se pueden incorporar a los alimentos. Actualmente, existe un proceso de control e inspección muy estricto sobre los aditivos.

Si se superan los límites máximos permitidos entonces los aditivos pueden volverse peligrosos, pero siempre que se cumplan las exigencias de las autoridades alimentarias su consumo es seguro.

Si necesitas más información o tienes cualquier duda, llámanos y te ayudaremos a cumplir con los requisitos de seguridad alimentaria.

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