La fecha de caducidad y la fecha de consumo preferente son dos términos que hacen referencia a dos conceptos diferentes, sin embargo, muchos consumidores los confunden.
El problema de esto es que hace que se desechen alimentos que están en perfecto estado para su consumo: un tercio de la producción mundial de alimentos termina en la basura según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO).
Además, conocer el significado exacto de estos términos ayudará a determinar si un alimento es apto o no para el consumo y, por tanto, reducirá los riesgos para la salud.
La fecha de caducidad es aquella a partir de la cual un alimento deja de ser seguro para su consumo y puede suponer un riesgo para la salud. El día que se indica en la fecha de caducidad aun se puede ingerir este producto sin riesgos, pero deja de ser seguro al día siguiente.
La fecha de consumo preferente indica hasta qué fecha un alimento conserva todas sus propiedades (sabor, textura…) siempre que se hayan seguido las indicaciones sobre su conservación y almacenaje y no se haya abierto. A partir de esta fecha, el producto puede haber perdido alguna de sus propiedades, sin embargo, es perfectamente válido para el consumo sin que ello suponga ningún riesgo para la salud. Normalmente, los productos también indican en cuantos días se debe consumir una vez abierto y las condiciones de conservación.
Para realizar una adecuada gestión de los alimentos y evitar aumentar el desperdicio recomendamos tener en cuenta estas fechas a la hora de comprar los productos y en su posterior consumo. En caso de que preveas que no vas a utilizar un alimento antes de su fecha de caducidad se puede congelar y consumir en menos de 24 horas tras su descongelación.
Si por error compras un producto que ya ha caducado, el supermercado está obligado a cambiártelo.
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