Cuando los humanos ingerimos alimentos contaminados, ya sea por bacterias o por virus contagiosos, la seguridad alimentaria y la salud entra en riesgo. Por eso es tan importante conocer cuáles son las bacterias y virus más comunes en los alimentos, qué consecuencias acarrean y, sobre todo, cómo prevenirlas.
Los virus alimenticios
Los virus son microorganismos que necesitan infectar una célula viva para reproducirse y se transmiten vía respiratoria o fecal-oral. De ahí que en este caso sean los alimentos los que actúan como vehículos transmisores hasta los animales y las personas.
Un rasgo que diferencia a los virus de las bacterias es que para sobrevivir dependen de factores como la humedad, la temperatura y el pH del alimento.
Los virus más comunes en los alimentos
Entre los más habituales encontramos:
Hepatitis A. Los principales afectados son los moluscos que se cultivan en aguas contaminadas y que después se consumen sin pasar primero por un tratamiento térmico.
También el agua de riego que esté contaminada o incluso fertilizantes orgánicos pueden llegar a los vegetales y convertirse en diseminadores de este virus.
Norovirus o antes conocido como virus de tipo Norwalk. Es el más frecuente que encontramos en las verduras que se toman crudas, moluscos bivalvos y frutas tipo baya. Causa una infección gastrointestinal que en unos días remite.
Las bacterias en los alimentos
Las bacterias son microorganismos patógenos muy resistentes que cuentan con mecanismos para garantizar su supervivencia incluso en condiciones poco favorables. La infección e intoxicación son las dos consecuencias que producen y el desenlace de ambas son problemas de salud gastrointestinales como vómitos, diarreas, fiebre o dolor abdominal, entre otros.
Las bacterias más habituales en los alimentos
Las bacterias más comunes en los alimentos son:
Salmonella. Suele aparecer en los huevos crudos y sus productos derivados (mayonesa, por ejemplo), junto a carne de aves crudas o muy poco cocinadas como el pollo y alimentos que, a pesar de estar ya cocinados, se dejan a temperatura ambiente durante varias horas.
Campylobacter. La carne de pollo es su principal transmisora, al igual que el pescado poco hecho o crudo (que no ha pasado por un proceso previo de congelación) y la leche sin pasteurizar son sus principales vehículos.
Eschericchia coli. La encontramos en aguas contaminadas y en carnes crudas o poco hechas y otros productos frescos crudos.
Listeria monocytogenes. Podemos observarla en quesos blandos, leche cruda y productos ahumados o en conserva.
¿Cómo garantizar la inocuidad de los alimentos frente a las bacterias y los virus?
Con hábitos que garanticen la seguridad alimentaria tales como:
- Lavar correctamente las verduras y frutas.
- Limpieza, higiene y desinfección de utensilios de cocina adecuados y de las instalaciones.
- Cumplir unas condiciones de higiene estrictas por parte del manipulador de alimentos. Por ejemplo, lavándose las manos después de ir al baño y respetando una exhaustiva limpieza en general.
- Cocinar por completo los alimentos.
- Separar los alimentos crudos de los cocinados para evitar contaminaciones cruzadas.
- Conservar adecuadamente los alimentos manteniéndolos a temperaturas seguras.
- Respetar las fechas de caducidad de los productos.
Recordemos que todas las empresas que intervienen durante el proceso de elaboración, fabricación, almacenamiento, manipulación o transporte de alimentos deben cumplir con las normas de seguridad alimentaria establecidas. Hablamos de supermercados, hoteles o restaurantes, entre otros muchos.
Está claro que garantizando la seguridad alimentaria de tu negocio estarás evitando riesgos para la salud. ¿Hablamos?