La limpieza en un restaurante es esencial para garantizar la seguridad alimentaria de todos los platos que se sirven y, por tanto, la salud de todos los comensales.
La falta de limpieza puede degenerar rápidamente en el desarrollo de microorganismos patógenos peligrosos para las personas, como Salmonella o Listeria. Por ello, la legislación establece una serie de normas de higiene de obligatorio cumplimiento y todos los restaurantes deben cumplir con la metodología APPCC.
Existen siete etapas básicas en un programa de limpieza y desinfección
- Se deben eliminar los restos de comida y la suciedad superficial para que el detergente pueda trabajar mejor.
- Antes de utilizar cualquier detergente o producto es conveniente enjuagar previamente con agua caliente de modo que la grasa comience a solubilizar.
- Utilizar el detergente según las recomendaciones especificadas en el etiquetado. Siempre se debe elegir un producto específico para materiales en contacto con alimentos.
- El aclarado se debe realizar con abundante agua ya que es importante para eliminar los restos de detergentes. Algunos productos no requieren de aclarado en cuyo caso es necesario dejar pasar el tiempo suficiente para que no queden residuos.
- Hay que usar un desinfectante que será el encargado de eliminar las bacterias que no se hayan eliminado previamente.
- En caso de que el desinfectante lo requiera, como es el caso de los desinfectantes clorados, se debe proceder a otro aclarado con agua abundante.
- La última etapa es la de secado ya que debe quedar la menor cantidad de agua posible para evitar posibles crecimientos microbianos.
Es fundamental que se lleven a cabo todas las etapas para una desinfección efectiva. El uso exclusivo de agua y detergente no es suficiente para acabar con todos los patógenos.
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