El agua es utilizada en la industria alimentaria para infinidad de usos. Desde la preparación de alimentos, procesos de limpieza de instalaciones y superficies, así como para la fabricación de hielo y para lavar y desinfectar frutas y verduras e incluso para cortarlas. Por todo esto, es de vital importancia para la inocuidad de los alimentos, garantizar el cumplimiento de la calidad tanto del agua como del sistema de abastecimiento.
Plan de Control de Agua
El objetivo principal de un Plan de Control de Agua en la industria alimentaria, es certificar la seguridad de que el agua utilizada en los procesos tanto de fabricación, tratamiento, limpieza o utilización de materiales y herramientas que puedan estar en contacto con los alimentos, sea adecuada y libre de cualquier tipo de agente contaminante químico o infeccioso, que no cause efectos nocivos en la salud.
Sistema de abastecimiento del agua en la industria alimentaria
Las industrias alimentarias deben tener instalaciones apropiadas para el almacenamiento del agua y su distribución. Garantizar la inocuidad en el abastecimiento de agua, se basa en llevar a cabo controles desde el origen del agua hasta su utilización, evitando su contaminación o detectar a tiempo niveles perjudiciales para la salud. Estos controles se realizarán en la protección de los recursos hídricos, tratamientos adecuados en la potabilización, gestión de sistemas de distribución y almacenamiento para mantener la calidad del agua tratada (tuberías, cisternas, etc.).
El mantenimiento, limpieza y desinfección del sistema de abastecimiento, es muy importante cuando se utiliza agua de pozos o de empresas externas con depósitos de almacenamiento. Si estas empresas externas no disponen de depósitos intermediarios, las comprobaciones se limitarán a situaciones inusuales de la red de distribución, por ejemplo, una rotura de tubería, que conlleve a algún problema con la calidad del agua.
La industria alimentaria debe realizar controles para vigilar la calidad del agua. Estos pueden ser organolépticos, que son los que comprueban el olor, sabor, color y turbidez y del cloro residual. También se deben medir otros parámetros, dependiendo si la industria alimentaria se abastece de la red pública o de fuentes propias. Parámetros microbiológicos, radioactividad, pH, turbidez, cobre, amonio, hierro y plomo, serán analizados y aportados por la empresa suministradora o encargados a un laboratorio si el suministro es propio.
Si el agua es utilizada como ingrediente en la elaboración de los alimentos, debe considerarse como una materia prima más, por lo que hay que establecer unas especificaciones de calidad e inocuidad que deben ser cumplidas por la industria alimentaria.
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